Bestia
Cansado de todo yacía colgado entre las repisas de la cocina mirando el más allá por el ventanal. Estoy cansado, de algo, no sé, de escuchar todo el día riendo a esos niños por el pasillo o de escuchar a ese pobre perro que ladra sin parar por estar encerrado. Me gusta el encierro. Eso no es lo que me cansa. Porque disfruto sentir que el mundo esta a mis pies y ver a los chicos allá abajo como hormigas. Estoy cansado, pero aun así cuando vuelvas; mira, voy a hacer como que me interesas, que lo que me cuentas me encanta. Por eso, dime algo nuevo, aunque sea una mentira. Yo voy a hacer que te creo, y sonreiré. Me abstendré de interrumpirte. Reservaré mis comentarios para el final y por supuesto; no despegaré los ojos de los tuyos mientras tu boca se ejercita, cuando se te dibujen muecas, y también cuando me sonrías. Habla, no te calles, a ver si tu voz matiza los ladridos del perro aquel. Yo ya no tengo, no tengo ganas, estoy demasiado cansado. Mientras, se me pasarán ideas como; ¿Si p