Bestia
Cansado de
todo yacía colgado entre las repisas de la cocina mirando el más allá por el
ventanal. Estoy cansado, de algo, no sé, de escuchar todo el día riendo a esos
niños por el pasillo o de escuchar a ese pobre perro que ladra sin parar por
estar encerrado. Me gusta el encierro. Eso no es lo que me cansa. Porque disfruto
sentir que el mundo esta a mis pies y ver a los chicos allá abajo como
hormigas. Estoy cansado, pero aun así cuando vuelvas; mira, voy a hacer como
que me interesas, que lo que me cuentas me encanta. Por eso, dime algo nuevo,
aunque sea una mentira. Yo voy a hacer que te creo, y sonreiré. Me abstendré de
interrumpirte. Reservaré mis comentarios para el final y por supuesto; no despegaré
los ojos de los tuyos mientras tu boca se ejercita, cuando se te dibujen muecas, y también
cuando me sonrías. Habla, no te calles, a ver si tu voz matiza los ladridos del
perro aquel. Yo ya no tengo, no tengo ganas, estoy demasiado cansado. Mientras,
se me pasarán ideas como; ¿Si pudiera tirar tus cosas por la ventana cuántas
cosas más rompería? Aparte de las tuyas. Las baldosas de la calle, o la compra
de alguna vieja ¿Cuánto tardaría en subir a buscarme la policía? A cuantas viejas
le podría romper la compra. Ya no soporto pasarme por el filo del balcón, no de
mirar a los chicos y verlos como hormigas, si no de sentir que no puedo
despedazarlos, que el metal me haría daño y que las uñas se me desarmarían. Yo creo
que me cansa, que los que me vean piensan que busco hacerme el interesante, o
del mismo modo que las cosas me interesan. Solo tu lo notas, por eso te
consiento, me conoces tan bien que sabes de mi descortesía al hacer como que te
creo, y por lo mismo te dejo ser, dándole vueltas a las mismas cosas, de un
viaje o algo, de la historia de un camión o de unos punkis. Sigue, sigue, no
voy a despegar los ojos de los tuyos y me reiré en las partes de comedia, haré
algún gesto cuando algo te moleste y me caerán gotas cuando por tus mejillas
caigan lágrimas. Sabes bien que me guardaré mis comentarios para el final, pero
no pidas mucho, aunque nunca me pides, porque sabes muy bien que estoy cansado.
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